miércoles, 28 de agosto de 2013

"Escandalosa gracia divina”


El texto de Josué nos ubica en pleno periodo de la conquista de la Canaán por parte de la naciente nación hebrea. A mediados del siglo XIII a.C. para finales de la edad de bronce superior y comienzo de la edad de hierro. Una de las épocas más crueles y sanguinarias del Medio Oriente Antiguo. Aun en la Canaán, los estados independientes que la constituían se encontraban permanentemente en guerra unos con otros. Ello explica por qué los espías hebreos enviados por Moisés a reconocer la tierra se expresaran con tanto pesimismo (ciudades amuralladas, clanes de guerreros de gran altura y una tierra que acaba con sus moradores). Pese a este panorama tan rudo, no debemos pensar en un Dios que promueve una guerra santa, un exterminio o genocidio antojadizo y brutal. Dios deja ver su maravillosa gracia en tiempos de violencia.

 




¿Cómo actúa la maravillosa y escandalosa gracia de Dios?

I          NOS  ACOGE SALVANDONOS DE NUESTRO FATAL DESTINO.

              El relato del cronista en Josué nos informa de los preparativos del pueblo de Israel para iniciar sus campañas de conquista de la Canaán. El general Josué (  יְהוֹשֻׁ֔עַ  Jehová es salvación o salva), secretamente asigna a dos espías hebreos la misión de recopilar información estratégica de la ciudad amurallada más importante del centro de la Canaán, Jericó (יְרִיחֽוֹ ). Esta ciudad, una de las más antiguas del Medio Oriente, sus primeros cimientos datan de cerca del 7.000 a.C., estaba ubicada en un oasis (Er-Raha) a casi 9km. al oeste del rio Jordán  y a 10 km al norte del Mar Muerto y a casi 24 km al sudoeste de Jerusalén. Hoy en día es llamado Tell Es-Sultán. Al parecer poseía un área de 405 m2, con capacidad para albergar a unas 2000 personas. Por su ubicación central era una plaza estratégica en las rutas comerciales de medio oriente antiguo.
 
 
 
 
 
               Cuando los dos espías entran en la ciudad se dirigen a casa de una ramera llamada Rajab (רָחָ֣ב הַ֠זּוֹנָה ), aunque algunos biblístas en la historia de la iglesia han tratado de adjudicarle el oficio de mesonera o hostelera, la verdad es que la expresión hebrea  הַ֠זּוֹנָה (hazzonah, Jos 6:25 WTT) es simple y enfáticamente (por el uso del articulo determinante) la prostituta, ramera o meretriz. Resulta obvio entender que dos espías intentaran pasar por viajeros que normalmente acudirían a la casa de una ramera y no despertarían sospecha alguna. Sin embargo las autoridades de Jericó, presas de pánico paranoico a causa de la inminente invasión hebrea, fueron informados de extraños que habían llegado a la ciudad y que se hospedaban en casa de Rajab. Cuando se le solicita que los entregue, ella los encubre mintiendo respecto a su paradero y los oculta en su terrado bajo plantas de lino que se estaban secando para ser más tarde ser procesadas. Antes de ayudarles a huir de la ciudad descolgándolos por una ventana de su casa ubicada precisamente en el muro de la ciudad, les confiesa la razón de su extraño proceder. Ella reconoce, al igual que todos los habitantes de Jericó, que los hebreos son guiados y protegidos por un Dios cósmico  ה֤וּא אֱלֹהִים֙ בַּשָּׁמַ֣יִם מִמַּ֔עַל וְעַל־הָאָ֖רֶץ מִתָּֽחַת׃ (Jos. 2:11 WTT) Él es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. (Jos 2:11 LBA) que les liberó de Egipto con prodigios y milagros, les sostuvo milagrosamente en el desierto y les ha hecho entrar de manera portentosa a la Canaán para entregárselas como heredad. Ella entiende con pavor que nos es posible oponerse a un pueblo que es defendido y auspiciado por una divinidad tan poderosa. Sin lugar a dudas Rajab no ha entendido aun la fe monoteísta hebrea, ni comprende quien es el Dios de Israel y aun así solicita su amparo y protección y no busca la de sus propias divinidades nacionales.

             No solo los dos espías comprometerán su palabra con Rajab, además lo confirmará con orden expresa Josué: Esta ciudad, con todo lo que hay en ella, se consagra al exterminio en honor del Señor. Sólo han de quedar con vida la prostituta Rajab y todos los que estén con ella en su casa, porque escondió a nuestros emisarios. (Jos.6:17 BNP). De esta manera; Josué perdonó la vida a Rajab, la prostituta, a su familia y a todo lo suyo. Rajab vivió en medio de Israel hasta hoy, por haber escondido a los emisarios que envió Josué a explorar Jericó. (Jos.6:25 BNP)



Resulta notablemente maravilloso observar cuanta gracia y amor en tiempos de tanta violencia y crueldad. Es la escandalosa gracia divina acogiendo y salvando a quien nadie esperaría que fuese objeto de tal consideración, sobre todo en el contexto de una cultura religiosa machista, patriarcal y bélica. No debemos olvidar que la ley mosaica había condenado la práctica de la prostitución y sobre todo la que poseía matices culticos paganos: Ningún hombre ni ninguna mujer israelita deberá consagrarse a la prostitución practicada en cultos paganos. (Deut.23:17 BNP)
           Sin embargo, es nada menos que Rajab, “la ramera”, con artículo, la única, junto a su familia que salvará su vida en esta cruda y sanguinaria guerra. Tanto ella como todos los de su familia serán llevados a los límites del campamento hebreo para luego de los rituales de purificación ser insertados en el pueblo de Israel. Cuanto sentido nos hace entonces las palabras de Jesucristo siglos más tarde, al dirigirse a los prejuiciosos religiosos judíos: Y Jesús les contestó: –Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas entrarán antes que ustedes en el reino de Dios. (Mat 21:31 BNP)
           Los seguidores del Señor Jesucristo debemos tomar conciencia y agradecer eternamente a la multiforme, maravillosa y escandalosa gracia de Dios que nos ha acogido sin importar quienes somos. Esta incomprensible gracia inclusiva que nos ha permitido alcanzar salvación integral, a quienes jamás podríamos haberla merecido.
 
II         NOS  TRANSFORMA EN INSTRUMENTOS PARA SU GLORIA.
                La narración del cronista del libro de Josué concluye con estos versos del capítulo seis, la mención a Rajab, y pareciera que su historia es solo casual  en este relato. Sin embargo el Nuevo Testamento vuelve de la manera más sorprendente a hacer mención de Rajab. Es mencionada nada menos que en la lista genealógica de la ascendencia del mismísimo Mesías, Jesucristo, nuestro amado Señor, por el evangelista Mateo: Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Isaí. Isaí engendró al rey David. (Mat. 1:5-6a BNP).
 
 
            Es decir, la menciona como la tátara abuela del rey David, y por ende, en línea directa en la descendencia hacia el Mesías, Teniendo como nuera a otra mujer alcanzada por la maravillosa y escandalosa gracia de Dios, la despreciada moabita Ruth. Si la ley de Moisés y la tradición hebrea descalificaban y despreciaban a las rameras, también lo hacían con las moabitas: No se admiten en la asamblea del Señor amonitas ni moabitas; no se admiten en la asamblea del Señor ni aun en la décima generación. Porque no te salieron al encuentro con pan y agua cuando ibas de camino al salir de Egipto, y porque alquilaron a Balaán, hijo de Beor, de Petor, en Mesopotamia para que pronunciara una maldición contra ustedes. (Deut.23:3-4 BNP).
 
Que escandaloso resultó ser el linaje del Hijo de Dios, que se encuentra mezclado con mujeres estigmatizadas por la cultura hebrea. Y si pensábamos que esta escandalosa gracia de Dios ya había llegado demasiado lejos, el autor de la carta a los Hebreos, inspirado por el Espíritu de Dios, menciona a Rajab, la ramera, como una heroína de la fe, junto a los patriarcas y profetas destacados del pueblo hebreo, que deben ser de inspiración para la iglesia de Cristo: Por fe, la prostituta Rajab (Πίστει Ῥαὰβ ἡ πόρνη) acogió amistosamente a los espías y no pereció con los rebeldes. (Heb.11:31 BNP)
Sin lugar a dudas que por su escandalosa y maravillosa gracia, Dios tiene misericordia de quien él desea, pero se deleita especialmente en transformar la vida de los despreciados, marginados, estigmatizados y desechados de este mundo para convertirles en agentes de su gloria y soberana voluntad. De esta manera lo expresa Pablo: Dios ha elegido a gente sin importancia, a los despreciados del mundo y a los que no valen nada, para anular a los que valen algo. Y así nadie podrá gloriarse frente a Dios. (1Cor.1:28-29 BNP)

                  Los seguidores de Cristo debemos atesorar esta incomprensible y escandalosa gracia divina que tiene el poder de escogernos, cuando nadie más lo haría, para transformarnos de vidas opacas y estigmatizadas por la desventura, el sufrimiento y el rechazo, en instrumentos o portadores de su gloria. Hemos sido declarados “hijos de Dios”, coherederos juntamente con Cristo y embajadores de la reconciliación divina para con la humanidad.
 
Pr. Gustavo Robles Cid
Reflexión dominical para Comunidad de Fe Rey de Gloria.