martes, 5 de marzo de 2013

EXAMEN URGENTE AL CORAZÓN



Salmo 139:23-24.

·          Los seguidores de Jesucristo debemos de permitir que Dios examine nuestra vida si deseamos ser ejemplo o modelo de una sociedad alternativa que agrade a Dios.

·          El salmo 139 es adjudicado a David, a pesar de por la presencia de algunos arameismos pareciera compuesto tardíamente, posiblemente en el cautiverio o post-cautiverio. Sin embargo es innegable el estilo, expresión y narrativa poética tan propia del rey de Judá del siglo decimo. A pesar de ser declarado un salmo “imprecatorio” por la rudeza con la que el salmista trata a los pecadores, también exalta al Creador y alaba su omnisciencia y omnipresencia, culminando en una solicitud de examen o escrutinio departe de Dios a la vida del salmista. El Salmo no fue escrito por alguien que quiere escaparse de este Dios si pudiera, o huir de él como pecador, sino por alguien que sabe que no puede escapar y aun más, está dispuesto a enfrentar la  verdad. El Salmo es una unidad, aun cuando algunos estudiosos lo pongan en duda, lo que es respetable, pero es conveniente analizar que el v. 13, hace que 13-18 sean una explicación de 1-6, 7-12 y los vocablos idénticos en los vv. 1, 23 lo unen todo. Esto significa que la tensión entre el salmista y el impío en 19-24 debe ser el contexto del cual salió el Salmo.

·         ¿Qué debemos solicitar al Señor para evaluar nuestra calidad de vida cristiana?
  • Analicemos por medio de este salmo imprecatorio, dos  procesos que componen este necesario examen que debemos solicitar a Dios para resguardar la integridad de nuestras vidas de creyentes.
I          EXAMEN Y PRUEBA A NUESTRA REALIDAD DE VIDA.
                      Es probable que alguna situación de conflicto moral sea el contexto de este salmo. La iniquidad en su peor manifestación (19) y escandalosas formas (19-24), hizo que David no sólo tomara partido (19-24) sino que volviera a analizar su vida frente a Dios (1-18). La figura según nos comenta L.A. Schokel (Salmos II, Edit. Verbo Divino. Navarra, 1993) nos recuerda a un súbdito leal que se presenta ante el Supremo Juez, para solicitar su sentencia, no solo para los perversos, sino también el justo escrutinio para su propia vida.
Después de que el salmista a tratado con rudeza a quienes considera enemigos de Dios e impíos por su obras contrarias a la ley del Señor, cambia bruscamente su tenor para someterse a sí mismo al justo juicio divino. El salmista pareciera advertir que no puede cuestionar o juzgar las obras de los pecadores sin antes poseer la certeza de su plena integridad. En el paralelismo sinónimo del verso 23 solicita a Dios que examine y ponga a prueba su corazón. La expresión hebrea חָקְרֵ֣נִי (v.23 WTT) del verbo Jaqar hablaba de una investigación de tipo jurídica, a fondo y detallada de los hechos expuestos por un testigo para corroborar su exactitud y veracidad (Deut.13:15). Complementa esta solicitud pidiendo a Dios que le pruebe, la expresión בְּ֜חָנֵ֗נִי (v.23 WTT) del verbo bajan, se empleaba originalmente para hablar de algo que era examinado para determinar de qué material estaba hecho, como el oro o la plata. Metafóricamente su uso pasó a la jerga jurídica para referirse a la prueba de veracidad, comprobar si algo es real y verdadero y no solo apariencia.
El salmista advierte que solo Dios puede examinarle y probarle real, profunda y efectivamente por que solo él le conoce realmente. El uso del verbo yada‘ (יָדַע) habla de un conocimiento adquirido no solo por la indagación o la investigación acuciosa, sino también como resultado de la comunión o relación estrecha. David está absolutamente convencido que Dios puede indagar, examinar y hasta probar la realidad intima de su ser porque nadie le conoce tan profunda y totalmente como el Señor. Entiende que frente a Dios esta descubierto y desnudo, sin apariencias que puedan confundir o distraer al dueño de su vida. Si David es más integro o piadoso que aquellos a los que ha juzgado, solo el Señor lo puede determinar.
Así lo advierte también el profeta Jeremías al declarar tajantemente:
Yo, el Señor, penetro el corazón, examino las entrañas, para pagar al hombre su conducta, lo que merecen sus obras. (Jer.17:10 BNP).
            El  Nuevo Testamento también testifica que solo Dios conoce verdaderamente a los seres humanos y solo el Señor puede indagar en la profundidad corazón.
Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? (Mt 9:4 R60)
Pablo exhorta entonces a los creyentes a entender que si Cristo mora en sus vidas, es un deber del cristiano, examinar honestamente su vida a la luz del evangelio:
Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio: no tratamos de agradar a la gente sino a Dios, que examina nuestro corazón. (1Tes.2:4 NVI)
Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie. (Gal.6:4 NVI)
             Los seguidores del Señor Jesucristo debemos estar dispuestos continuamente a que el Señor indague, examine y ponga a prueba nuestras vidas, puesto que solo Él conoce lo que en verdad somos. El Señor nos conoce más allá de las simples apariencias, protocolos, y producciones de piedad que hacemos de nosotros mismos. Él conoce perfectamente donde fallamos, en que le desobedecemos, que actitudes nuestras le ofenden. Solo el Señor por medio de su Santo Espíritu y su bendita Palabra pueden señalarnos que cosas deben cambiar en nuestras vidas.

II         CORRECCIÓN Y GUIANZA A UNA VIDA DE RECTITUD.

             El salmista no solo pide a Dios que como justo y omnisciente Juez escudriñe y examine hasta lo más profundo y oculto de su ser. Le solicita además que evalué el resultado y le advierta que tanto se extraviado de sus principios divinos y de la vida de justicia y rectitud que el Señor espera de él.
La expresión hebrea רָאָה describe la acción de observar detenida y atentamente, en actitud de vigía, como lo haría un centinela o un pastor de un rebaño. David está seguro que Dios, después de examinarle profundamente posee la autoridad para diagnosticar sus falencias, de hecho el hebraísmo  דֶּֽרֶךְ־עֹ֥צֶב (v. 24 WTT)  se traduce literalmente como “camino de dolor o pesar”.
 El salmista entendía que cualquier atisbo de desobediencia a la ley de Dios, injusticia o maldad en su ser, solo trazaría un estilo de vida que le produciría dolor, tristeza y profundo pesar. Por lo anterior, David concluye este salmo solicitando a Dios su divina corrección, la expresión נחה es originalmente de sentido pastoril, puesto que describe la labor de un pastor al conducir a su rebaño por las sendas correctas para evitar que se extravíen o que sufran algún daño, de allí que fuese adoptada metafóricamente en el campo de la educación, formación y corrección de los discípulos de algún maestro. Es decir, el salmista solicita a Dios que le corrija, dirija y guie de acuerdo al camino eterno (דֶ֣רֶךְ עוֹלָֽם  v.24 WTT), el camino de verdad, integridad, justicia y vida plena al cual solo el Señor puede conducirle con exactitud.

El profeta Isaías hace eco de este principio hablando de los pueblos que se volverán a Dios:
Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas, porque de Sión saldrá la ley; de Jerusalén, la Palabra del Señor. (Is.2:3 BNP)
            En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes en Roma a corregir sus malas actitudes y permitir que Dios dirija sus vidas a la justicia y rectitud por medio de su Santo Espíritu:
 
 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.  (Rom.8:12-14 NVI)
             Los seguidores de Cristo debemos estar dispuestos a ser corregidos e instruidos continuamente  por el Señor a una recta y justa manera de vivir. Sin lugar a dudas que la iglesia tiene la misión de ser “sal y luz para el mundo”, por ende tiene la misión de advertir a la sociedad en la que vivimos cuando se aleja de los principios de Dios para su propia desgracia. Pero nunca podremos ser efectivos en esta misión si poseemos funestamente tejado de vidrio. Los seguidores de Cristo debemos ser un claro y real ejemplo de que una sociedad alternativa, que vive de acuerdo a los principios de Dios, es totalmente posible.


Pr. Gustavo Robles Cid
Reflexión basada en sermon dominical
Comunidad de fe Rey de Gloria

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